El COVID-19 ha alterado la vida familiar en todo el mundo, trabajo remoto o híbrido, cierres y aperturas de las escuelas, implementación de cuidados para la salud, entre otros, han sido algunos de los cambios que, a casi año y medio, hemos tenido que afrontar en conjunto.

Estos cambios han sido abruptos y, en algunos hogares, han generado mucho estrés. Si consideras que, a pesar del tiempo transcurrido, no has logrado estabilizar tus relaciones familiares, sigue estas recomendaciones que seguramente te servirán:

  1. Estructura actividades.

En caso de que tu rutina no esté funcionando correctamente, replantéala; tómate el tiempo y nuevamente analiza tareas del trabajo, hogar, escuela y otras responsabilidades, de tal modo que tu familia viva bajo un solo objetivo y esquema.

  1. Fomenta la comunicación efectiva.

Conversa, comparte, recuerda, disfruta y proyecta en conjunto, ya que con ello estimulas las emociones positivas.

  1. Dedica momentos de calidad.

Busca tiempo para el esparcimiento familiar; en conjunto, establezcan actividades que les gustaría realizar, así como reglas y acuerdos, de tal modo que, todas y todos, sepan que es momento de dejar dispositivos electrónicos, o actividades personales para convivir al 100 por ciento.

  1. Date un espacio para ti mismo(a).

Encuentra maneras de despejarte, realiza algo que te guste y que te haga sentir cómodo(a) y que sea únicamente para ti. Puedes promover lo mismo con cada elemento de tu familia.

  1. Identifica tus emociones y trata de comprender las de tus familiares.

Toma acuerdos para afrontar los momentos de tensión. Uno de ellos puede ser: trata de identificar los sentimientos (enojo, disgusto, tristeza, frustración u otra) y reservar un tiempo específico para hablarlo, de manera tranquila.

Nunca es tarde para hacer cambios o, incluso, comenzar; si no te tomaste el tiempo para dar orden ante las circunstancias que hoy nos enfrentamos, aún puedes hacerlo.

¡No bajemos la guardia!