Desde el inicio de la pandemia, el uso de cubrebocas desechables se ha convertido en un complemento a las medidas de distanciamiento social en la lucha contra el coronavirus; sin embargo, su deshecho irresponsable ha generado mayor contaminación.

¿Tú sabes dónde terminan las mascarillas usadas durante esta pandemia? La respuesta es fácil. Si las entregamos al servicio de limpia, llegarán a los rellenos sanitarios a los que se destinan diariamente toneladas de residuos que se generan. Pero si no las depositamos adecuadamente, podrán llegar a terrenos baldíos, barrancas, ríos, drenajes y hasta a los océanos, contaminando el ambiente por varios años, pues están hechas con fibras sintéticas resistentes que no se degradan fácilmente y generan contaminación.

Si aun así decides usar cubrebocas desechables, tíralos inmediatamente después de usarlos, de manera responsable:

  1. Colócalos en una bolsa de plástico que cerrarás, para evitar que los animales las abran o que el viento se los lleve a otro lugar, reduciendo así el riesgo de propagación del virus.
  2. Rocía una solución clorada (10 ml de cloro por un litro de agua) sobre la bolsa cerrada.
  3. Tira la bolsa en un contenedor de basura cerrado.

En situaciones de menor riesgo, utiliza mascarillas de tela lavable para poder reutilizarlas. Recuerda que el coronavirus se desactiva al contacto con el jabón, así que lavarlas es seguro.

Prefiere productos de menor impacto ambiental. Cuidar nuestro ecosistema también es cuidar nuestra salud.